martes, 6 de mayo de 2008
Un Dia Sin Madres (Part. 1)
Esta montaña de desperdicio no es ninguna exageración, si te quedaras un par de días sin tu madrecita santa un par de días, ese muladar se convertiría en un escenario cotidiano. Pero ¿Qué pasaría con todo lo demás que atañe a tu vida? Continúa tu lectura y descubre que podría pasarte en un día sin tu mami.
El día sin madres (que llamaremos “Día M”) comienza tarde, pues no hubo quien pusiera el despertador, El entorno es una casa sucia y desordenada. La escoba y la aspiradora aun están guardadas. La cama es un caos y será mejor tenderla, de no ser hacerlo la veremos así al regresar a casa. Por más que nos resistamos a creerlo, no se compone por arte de magia: se necesitan dos manos y un padre quejas (“me duele mucho la espalda cuando me agacho”).
Tampoco esta listo el desayuno y no queda nada en el refrigerador. La jefa de compras y cocinera mayor se ha ausentado. Quienes no se prepararon para el Día M tendrán que conformarse con salir con el estomago vació, Niños, adolescentes y adultos recurren a la misma estrategia para calmar el hambre: pastelillos con relleno cremoso, botanas con chile y limón, bebidas de fruta en envase de plástico. Pero a esta hora no se antojan. La casa se queda sola, se apoderan de ella el polvo, las hormigas y cierta indignidad. No hay quien tome el gas o atienda al cartero, ni quien prepare la comida para el mediodía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario